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La arquitectura incide en múltiples aspectos de la vida humana. No obstante,nuestra vida transcurre en su mayor parte dentro de los edificios. Así, esta disciplina no solamente se basa en la construcción de edificios y estudio de los distintos espacios, sino que es fundamental que el ser humano se encuentre cómodo en ellos. En este punto, surge el interiorismo como concepto.

El interés de los arquitectos de interior en lograr que la experiencia de los usuarios sea placentera y relajada se remonta a siglos atrás. Sin embargo, su constitución como ciencia es más reciente. Así, esta nueva rama de la arquitectura, en la que se trabaja mano a mano con científicos, busca entender cómo el entorno modifica nuestras emociones, pensamientos o conductas.

En este sentido, está estrechamente ligada con la bioconstrucción. Y es que,  la neuroarquitectura desarrolla cómo afecta a nivel cognitivo el espacio construido. Por ello, los espacios naturales y sostenibles siempre resultarán más beneficiosos para nuestra salud y, por supuesto, para el medioambiente.

La neuroarquitectura establece aspectos claves a la hora de configurar los espacios para lograr que la mente se encuentre relajada. La proporción, la iluminación, las zonas verdes, la calidad ambiental, las visuales, el confort térmico y acústico, los colores o los techos son algunos de los elementos estudiados.

 

¿Qué es la neuroarquitectura?

La neuroarquitectura configura espacios para relajar la mente

NEUROARQUITECTURA

 

La arquitectura incide en múltiples aspectos de la vida humana. No obstante,nuestra vida transcurre en su mayor parte dentro de los edificios. Así, esta disciplina no solamente se basa en la construcción de edificios y estudio de los distintos espacios, sino que es fundamental que el ser humano se encuentre cómodo en ellos. En este punto, surge el interiorismo como concepto.

El interés de los arquitectos de interior en lograr que la experiencia de los usuarios sea placentera y relajada se remonta a siglos atrás. Sin embargo, su constitución como ciencia es más reciente. Así, esta nueva rama de la arquitectura, en la que se trabaja mano a mano con científicos, busca entender cómo el entorno modifica nuestras emociones, pensamientos o conductas.

En este sentido, está estrechamente ligada con la bioconstrucción. Y es que,  la neuroarquitectura desarrolla cómo afecta a nivel cognitivo el espacio construido. Por ello, los espacios naturales y sostenibles siempre resultarán más beneficiosos para nuestra salud y, por supuesto, para el medioambiente

La neuroarquitectura establece aspectos claves a la hora de configurar los espacios para lograr que la mente se encuentre relajada. La proporción, la iluminación, las zonas verdes, la calidad ambiental, las visuales, el confort térmico y acústico, los colores o los techos son algunos de los elementos estudiados.